El ignoto cauterio

Realitys y realidad | 25 de May de 2012


La realidad puede ser a veces tan compleja y llena de prismas que casi deja de serlo. Pongamos como ejemplo una reunión grande, como un congreso o un acto así; en él se producen centenares de pequeñas reuniones, grupitos de conversación y pequeños debates durante las comidas, los desplazamientos, las esperas -no todos coinciden en el evento- en fin, numerosas interacciones de comunicación que admiten percepciones subjetivas de una realidad que ni siquiera es físicamente igual para los asistentes, aunque, finalmente, el conjunto acaba teniendo alma propia y acuerda una realidad que se corresponde con la sumatoria de las percepciones, junto a otros factores, como el seguidismo de las opiniones más prestigiadas, o cualquier incidente que pudiera ocurrir durante el evento. Todo eso permite que todos piensen haber vivido una misma realidad, o casi.

En el deporte y en el espectáculo donde la atención está muy focalizada, la realidad es distinta, es más colectiva permitiendo que un altísimo porcentaje de espectadores vea lo mismo, aunque siempre con ángulos distintos y todo eso, pero si hace falta, se analiza en la tele y resuelto.
Se puede decir que como humanos nos sentimos ávidos de esos momentos de realidad compartida; que debatirlos constituye un hábito social que forma parte esencial de la convivencia y refuerza la sociedad; y que ese debate es pura retroalimentación para la realidad compartida. Sin embargo, hay ocasiones en que pienso que esa forma de realidad compartida falsifica la propia esencia de la realidad que es tremendamente frágil e insustancial, como translucida y casi inexistente, a veces.

Y es que, aquella sólida y absoluta realidad llena de prismas y difícil de entender que hasta hace poco yo conocía, dispone ahora de nuevas y extraordinarias cualidades que además, por lo que puedo entender, se acentúan con el uso de la comunicación y lo mediático, en la misma medida que se fragiliza la realidad misma y la verdad de las cosas.

Lo mediático es como una máscara que se superpone a la realidad de verdad, en finas capas, llegando a transformarla hasta hacerla irreconocible. Otras veces la realidad mediática es ya del todo artificial, se fabrica y luego se le ponen las capas, y hay que reconocer que aunque esta realidad no es tan buena como la de antes, se han conseguido excelentes sucedáneos que mucha gente prefiere ya que estas cuasi-realidades son muy útiles y cómodas de usar.

A cuentas con la realidad, me resulta curioso ver como proliferan en todas las televisiones del mundo, o casi (bajo pago de royalties), un tipo de programas que yo denomino de «realidad auto contenida», por aquello del universo auto contenido de Hawking (sin principio ni fin, limitados pero sin fronteras ni bordes), su exclusivo contenido son ellos mismos; perenemente crean y recrean seudonoticias que se retransmiten en directo, generando una especie de seudorealidad que está plagada de seudosentimientos y seudoconflictos. Absolutamente de locos y totalmente improductivo, pero genera beneficios económicos enormes por esa necesidad de realidad compartida que tenemos. Es el reality.

Y el reality, que sólo es una forma creativa de ganar dinero, abarca hoy todos los órdenes de la vida suplantando a la realidad, por lo que conviene que la izquierda sepa reconocerlo y combatirlo. Y es por eso, que, saber quién y cómo nos cuenta el reality es fundamental; y conocer cuáles son sus reales intereses también, para evitar que hasta la realidad nos sea dictada.

Por ejemplo, no me digan que no es un reality lo de la prima de riesgo. Un indicador que no debería existir, porque no hay ningún motivo que justifique que cada vez que los países miembros de la Comunidad Europea piden dinero, dejen un bonito porcentaje para la banca y los fondos de inversión, pudiendo proporcionar ese crédito mediante un mecanismo de eurobonos, al mismísimo precio que se lo pone el BCE a los bancos europeos, para que compren deuda pública. Y mientras tanto, dale que te pego con la prima de riesgo en todos los telediarios, para justificar un anti-impuesto que nos quieren hacer ver como algo normal.

Lo mediático por ejemplo, permitió que nomináramos a Rajoy sin que nos contara cuál era la situación de la banca que todos conocían; y Rajoy, no termina de contarlo porque no es bonito contar que saneamos bancos con nuestros impuestos y con sacrificios en salud por causa de los recortes ¿Reality o democracia? Parece ser que los anteriores guionistas estaban bastante agotados y decidieron que contar todo esto se quedaba para el próximo programa.

Sabiendo que esto de los realitys está por todos lados y pensando en cuestiones políticas más cercanas, quiero hacer una advertencia: cuidado con hacer un reality sobre la unidad de la izquierda en Tenerife y más concretamente sobre XTF, porque eso resta capacidad de acción a todas las fuerzas de izquierda y finalmente impedirá su unidad. Advierto de que quienes cuentan y dicen, van entregando un pack electoral de «realidad auto contenida» defectuoso, donde los guionistas la pifiaron. El pack es erróneo y está para retirarlo de los medios, porque hasta la realidad artificial tiene que mantener un cierto grado de verosimilitud para ser útil a alguien.

Negar que SxTF impulsó generosamente la unidad de la izquierda y más concretamente, a una IU que se encontraba en sus momentos más bajos, o negar que apoyemos la lucha contra el Plan General de Santa Cruz, viene a ser, como si ese universo auto contenido tuviera un agujerito por el que poco a poco se escapa toda la realidad, para llegar a 2015 sin un solo voto. Cosa que no impide que a alguno se le caliente lo poquito que tiene en su pequeña cabeza de ratón.

Queda claro que no estoy entre los guionistas de esta nueva edición de la «unidad de la izquierda», aunque siempre estaré en ella. Espero que eso no me convierta también siempre, en víctima de los puñeteros guionistas porque ya me tienen hartito. Y de todo lo dicho, piensen que quizás tan sólo sean tonterías mías, porque dicen por ahí que la realidad es tozuda y acaba dando razones a quienes quieren encontrarlas.

Yo, en mi humilde y subjetiva visión, recuerdo esa realidad -quizás soñada- siendo una de las primeras personas que explicó desde Radio San Borondón lo que sucedía con el PGO de Santa Cruz; y recuerdo también ponerme al servicio de José Manuel Corrales y de Ramón Trujillo para intentar que alcanzaran la mayor relevancia política posible y los objetivos electorales que como militante de SxTF compartía con ellos.

Ahora, para posibilitar cualquier futura unidad de la izquierda, les requiero para que acaten democráticamente la votación que se realizó en la mesa de XTF, junto a todos los compromisos anteriores, porque no está nada bonito aceptar estos órganos cuando te eligen para que los representes y te ponen al frente de una lista; y no acatarlos cuando, ya subidos en el machito, te retiran la confianza.

La izquierda, o es democrática o se convierte en vulgar «realidad auto contenida» en único beneficio de quien la produce.


Publicado en Canarias, Política

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Nací en 1954, soy informático y empiezo a escribir preocupado por como marchan las cosas, aquí y alla ¿Es cierto que no hay soluciones?

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