El ignoto cauterio

Crisis económica o democrática

21 de agosto de 2012
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La Constitución Española de 1978, su preámbulo, empieza diciendo: La Nación Española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de: Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las Leyes conforme a un orden económico y social justo. y luego sigue

La primera en la frente, no parece ni necesario escribir que el Gobierno de Rajoy subvierte esa proclama que siendo la primera recogida en la Constitución, también fue probablemente la que  concitó un mayor consenso en ese ánimo que impulsó a los Padres Constitucionales. Exactamente lo contrario de lo que hace Rajoy, cuando todo ocurre desde una legalidad sólo declarativa, estilo vivienda digna y derecho al trabajo, porque las leyes tienen siempre un truco -pa expertos, eso sí- que consiste en su interpretación; y lo que a mí me parece diáfano y asumible porque lo considero producto de un consenso razonable, choca con otras interpretaciones subjetivas.

Como ocurre frecuentemente con las leyes, la política y la sociedad, aquello que realmente importa queda entre interrogaciones: ¿qué es la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las Leyes conforme a un orden económico y social justo? Porque, aunque en ocasiones se cite «el espíritu y la letra de la ley» como una forma de abordar su interpretación, no es cierto que la justicia de este país intente el cumplimiento de las leyes y llevar a término la Constitución. Aquí, la intención principal de unos jueces que encarnan unipersonalmente el Poder Judicial en sus actuaciones, es no pisar callos que puedan impedir el avance de su carrera personal (Garzón), en un sistema que internamente está configurado como un campo de minas para encontrar siempre el error en la coma (del campo contrario) olvidando lo esencial, mientras alimentan y animan un conflicto durísimo y eterno.

Claro que yo considero que prevarica toda la cúpula del sistema judicial español cuando acepta que no existe delito si se utiliza dinero público con fines privados, por mucho que hayan blindado sus actuaciones con normas de ínfimo rango. Y esto, este estado de las cosas que tiene que ver con el sentido real de las palabras y la justicia, es algo que parecen obviar y consentir unos jueces lentos y cautelosos, cuando no tolerantes, en la impartición de una justicia a los poderosos que muestra un fuerte contraste con la dureza e inmediatez aplicada a los que no lo son (expropiados). Vuelvo a preguntar ¿qué es un orden económico y social justo? porque lo que se observa es un lento fluir de impunidad que siempre perjudica a los más débiles.

O no es más delincuente el director de oficina que le encasqueto preferentes hasta el año 9999 a un humilde inversor; que quienes lo pierden todo por no poder pagar y no son rescatados por nadie cuando les expropian, ni cuando los desalojan de unas casas que hoy los bancos no pueden ni vender. No voy a preguntar otra vez, lo digo directamente: como forma de orden económico y social justo, esto es una M muy grande que para nada garantiza una convivencia democrática, sino todo lo contrario.

Para más inri, tenemos además la mayoría absoluta de un partido de derechas que engloba a toda la extrema derecha, como ocurre con nuestro PP; y esto no es trivial, porque mientras que la izquierda tiende a dividirse y a acojonarse ante el mundo real, cuando llega al poder o las instituciones, la derecha, con viento a favor y mayoría absoluta tiende a aglutinarse y reforzarse intentando imponer su ideario, junto a un sistema de corrupción clientelar que es lo que quiere decir «popular».

Por eso imponen, ahora al principio de la legislatura, recortes en derechos y libertades que sólo son ideológicos, perjudicando incluso la salida de la crisis, pero que serán aceptados como buenos por la sociedad cuando se acabe el teatrito de su correligionaria Ángela Merkel y deje de endeudarnos para pagar unas deudas que sólo se corresponden con una burbuja inmobiliaria que impulsaron sus banqueros, que ahora no asumen sus pérdidas.

Pero todavía hay algo peor -que no puede ser peor- es la falta de referencias democráticas, de izquierdas y de las otras, la falta de contrastes, colores y formas, modelos y ejemplos de conducta: Sin pena ni gloria, se ha aceptado como bueno rescatar bancos privados con los impuestos de todos. En cuanto a los políticos -para no ponerlos verdes- sólo diré que el que llega, no cambia de partido ni de «ideología», pero sí parece hacerse creyente de una nueva especie de religión, o iglesia del poder político. Convertidos por la simple elección en estrellas de lo mediático y la comunicación, les puede el divismo y en un mundo sin amigos, al tener «imagen pública» pasan a gestionar sus carreras políticas como starlettes, perdiendo muchas de las referencias que tuvieron y especialmente las críticas. Son cargos  electos y eso los cambia.

Pues bien, a Rajoy y su mayoría absoluta de estafadores programáticos no hay quien nos los quite de encima durante los cuatro años, o más. Por eso trabajan desde tan temprano en las próximas elecciones y construyen un escenario de comunicación que les sea favorable (TVE), ya verán el entramado de poder cuando remonte la crisis. Y probablemente volverán a ganar. Y ahora mismo no piensan en su base social, ni en su partido, porque sólo piensan en preparar las cosas para permanecer como califas mucho tiempo, enriqueciéndose lentamente (Aznar es el reflejo en el espejo al que Rajoy aspira).

Mientras tanto en la sociedad democrática y entre la gente de izquierdas, se debate de listas abiertas y asaltos al Congreso, pero yo sigo afirmando que junto a los derechos y libertades reconocidos -aunque no siempre se puedan ejercer- es el cumplimiento de las leyes quien nos separa del salvajismo y que en especial, quienes actúan en el ámbito de la política y piensan en esas cosas, antes de abandonar o tirar por la borda la Constitución o el sistema de partidos, deberían considerar dos párrafos de la Constitución que se refieren a los partidos políticos y no se han cumplido nunca: Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos. Son instrumento fundamental para la participación política.

No puedo dejar de estar convencido, de que en el futuro las listas abiertas siempre favorecerán a populistas con mucho dinero, capaces de dotarse de equipos propios de asesores, coaching, marketing político, comunicación y todo eso. Y también, de que el verdadero enemigo, es ese modelo de ganador épico que tiene un origen atávico que conviene civilizar, socializar y democratizar, porque nuestro orden económico y social ya no es el de un cazador recolector, sino el de una sociedad del siglo XXI en donde el término izquierda sólo puede estar asociado a comportamientos absolutamente plurales y profundamente democráticos, nunca individuales.

Algunos se tendrían que lavar la boca con jabón antes de mencionar términos como participación política, o democracia, porque los partidos y los políticos individualmente, han jugado y siguen jugando un papel fundamental en la gestación y desarrollo del actual estado de cosas, y de esta crisis que es sólo una estafa democrática: Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general pero se modifica la Constitución para introducir que el pago de la deuda pública gozará de prioridad absoluta; y sin partidos, no conozco el medio de avanzar democráticamente. Ni votos nulos, ni blancos, ni nada de nada porque protestar no es la solución, nos seguirán recortando derechos en contra de la opinión de la mayoría.

Al 15M les digo y a los nuevos movimientos, que son la esperanza: sólo queda una, que los ciudadanos, para defender sus intereses, asalten los partidos políticos, afiliándose digo, y creen otros nuevos, y les exijan desde dentro, comportamientos absolutamente democráticos y coherentes, y un profundo cambio en su cultura interna y en la colectiva, para democratizar y sustituir los actuales modelos de liderazgo, participación y transparencia para cumplir con esta constitución. No me fio de otras soluciones, porque luego habría que retomar la democracia y aunque se olvide, llegar hasta aquí ha costado vidas; ahora toca defender porque la dictadura está aquí, más presente que nunca, es distinta y difícil de identificar porque es global y mediática, pero es la misma; y siempre son los mismos poderes, desde aquí hasta las minas de Sudáfrica.

NOTA: Las exageraciones y generalizaciones que cada uno pueda entender, intentan explicar, no ofender.

Santa Cruz de Tenerife, 20 de agosto de 2012


¿Resulta cero un duponio xTF?

13 de agosto de 2012
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Casi todo el mundo conoce el denario y el sestercio como monedas romanas, pero pocos reconocen como tales al quinario, el duponio o el as. Pues bien, al comienzo dos quinarios eran un denario y uno sólo: cinco ases o dos sestercios. Más tarde se reformo todo y el as paso a valer 200 quinarios áureos que son 16 denarios, o lo que es lo mismo ocho quinarios argénteos; quiero decir; cuatro sestercios. Creo sinceramente que los romanos se liaron con los ases o el que se lía soy yo, pero la realidad es que no me salen bien las cuentas.

Había monedas más pequeñas pero se olvidaron, como ocurrió con el quinario y el humilde duponio que sólo valía dos ases. No ocurrió lo mismo con otras cuyo nombre pasó a definir otros contenidos, y  así, hoy, todo el mundo sabe lo que es un as de la baraja, el AS, o los ases de cualquier deporte. El denario dio nombre al dinero y en cuanto al sestercio, mis apreciados René Goscinny y Albert Uderzo nos los dejaron en lenguaje por un buen tiempo, con sus comics de Astérix. Cuando los denarios son de plata significan traición y curiosamente, un quinario argénteo valía 25 quinarios áureos, lo que parece querer decir que los de plata eran los buenos, porque valía más que el oro. Pobres juegos olímpicos ¡Qué lío!

Y algunos dirán ¿qué tiene que ver todo esto con xTF? Pero ya voy al grano.

La cosa va de ases y hoy as se puede referir a: personas que sobresalen de manera notable, una de las seis caras de un dado, o a la carta que jugada junto a otras, o directamente desde la manga,  gana a todas las otras en los juegos de baraja.

No sé si es porque no sé jugar muy bien a las cartas, me gustan más los ases cuando están pegaditos junto a las otras caras de un dado, las que no son ases. En esos se puede confiar un poco más, porque no se escapan ni van por libre, de los otros nunca se sabe donde están, ni quien los pueda tener en la manga. Sin embargo, he jugado mucho al envite -en el cuartel- y me encantaba jugar. Ya no está de moda, en mi opinión porque tiene algo que hoy no le gusta a casi nadie -te descalifica decir estas cosas- pero yo lo diré, aunque sea en un susurro para quienes me deben oír: se juega en equipo y hay uno que manda y cuando no se gana, manda otro.

Pero claro eso es en el envite que no tiene ases como esos, ni falta que le hacen, que siendo sólo el valor de uno, van y le ganan a todos los demás porque son ases. Quiero decir; todo está lleno de aritméticas, desde el envite, a los quinarios, los ases, o xTF y que es sabido que con estas cosas, al final siempre aparece lo mismo, quien gana y quien pierde ¿cuánto apuestas a un as visto y qué arriesgas a un farol?

Por eso cuando hablo del duponio, dos ases Por Tenerife, no me puedo de creer, que me salga un cero patatero en la multiplicación, más aún sabiendo que uno de los ases estaba escondido, con lo que se supone que siempre gana. Evidentemente yo no veo el beneficio para la marca xTF, ni para la unidad de la izquierda, pero es que yo no soy un as y no puedo entenderlo. Lo cierto es que ya hay dos ases, de los buenos, que están haciendo virguerías de forma independiente, con lo que vaya usted a saber en la manga de quién están. Todo resuelto ¡Serán imb……!

Y es de esto de lo que yo quiero hablar: de los ases independientes que se suman o restan a las unidades de izquierdas hasta convertirlas en cero, o en números fraccionales que sólo sirve para cacarear en los aledaños del poder pero sin llegar nunca, haciendo aparecer nuevos beneficiarios, eso sí. Curiosamente pese a lo rentables y positivos que resultan tanto en lo político, como en lo económico para la sociedad y sus partidos, son muy pocos los ases independientes que no se juntan con el resto de la baraja para ganar las partidas. Son especiales, porque sus actuaciones no son gregarias como las nuestras la gente normal.

Ellos, siempre elegidos, toman decisiones personales e intransferibles al margen de cualquier organización ni compromiso porque eso es lo bueno. Y hay que reconocer, que no es fácil ser un as de estas características porque hay que acostumbrarse a serlo, saber salir de la manga en el momento oportuno, sobreviviendo tanto y tanto tiempo sin que se note nada, pero siempre ganando.

Es que todo cambia, ya ven como se devaluó la plata frente al oro, o el pobre quinario que sufrió una depreciación del 800% frente al as. Por eso hoy, lo bueno para la izquierda es que las decisiones políticas, en lugar de tomarse en las asambleas y ejecutivas, se tomen en los despachos de los abogados. Vamos, como siempre se ha hecho pero ahora a lo descarado y bajo el paraguas de la izquierda. Y es que antes, se admitía que los ases tuvieran que explicar sus decisiones, pasar algún ridículo, o al menos, tuvieran que mantener la apariencia de legitimidad democrática, o de decisión colectiva, para poder llamarse de izquierdas, reclamando así el apoyo de sus compañeros de partido y después de sus votantes para poder seguir siendo ases.

Claro, que quién soy yo para hablar de unidad de la izquierda, no aprendí a dividir antes que a sumar, soy tan normal como todos, no soy un as, y por eso debo de estar callado, igual que otro montón de militantes de izquierda bregados en el trabajo político y con experiencia suficiente para ser carne de cañón en las denuncias y en las campañas, que también deben estar calladitos hasta que toquen elecciones. Una nueva ocasión de llevar algún nuevo enfermo de protagonismo a las instituciones, para que nos hable de participación política mientras pilla y divide todo lo que puede, creyendo que se lo merece todo.

Quédense con todas esas unidades de la izquierda que sean capaces de soñar, porque yo no tengo tiempo que perder en sus denarios de plata, ni en sus gilipolleces, perdón: entradas en el grupo gobierno, puestitos de trabajo, dietitas y todo eso, junto a las decisiones tomadas donde no toca. Conste que sólo me refiero a cuestiones que pueden ser ratificadas por compañeros de SxTF,  por mí mismo o por las propias declaraciones de los ases. Y también, que quienes no somos ases, ni nada de eso, porque somos tan normales como un siete de picas o una sota de bastos, tenemos que saber que nuestras apreciaciones, testimonios y vivencias, aunque sean tan objetivables como una declaración de hacienda, nunca serán verdad. Es decir, perdemos la partida sin no estamos avalados por un as.

Divide quien primero divide SxTF y después xTF antes incluso de que les hiciera falta registrar a nada ni a nadie ¡Demócratas! Y aunque no se lo crean, esto es un puro asunto de denarios, de los de plata y de los otros. Y es que un duponio, o sea dos ases, son la quinta parte de un denario, la misma quinta parte que le costó a uno sólo de los ases, bajo consejo del otro, traicionar la resolución de sus compañeros de SxTF. La cuestión siempre es la misma ¿Quiénes son los amigos y quiénes los enemigos?

Los que no somos ases sino normales, creemos que a los amigos no se les intenta perjudicar y que a los enemigos no se les intenta beneficiar, pero que, por lo que se ve, esto cambia como la corriente alterna dependiendo que toquen elecciones, o no, porque Bermúdez sigue «gobernando» plácidamente Santa Cruz y ha conseguido interponer tantos muros de defensa y tanto ruido de grillos en el territorio político que antes dominábamos, que hoy me parece un espacio absolutamente irrecuperable.

Y mientras tanto ¡Viva la unidad de la izquierda! y vivan las decisiones unilaterales, personales, independientes e individuales, vivan las encuestas sin saber leer, por lo que tengo que creer que los ases viven cincuenta o sesenta años atrasados en el pasado y no conocen el significado de conceptos actuales como: liderazgo, trabajo en equipo, objetivos, cooperación, democracia, izquierda, partido político, participación, comunicación, estrategia, objetivos, planificación, sociología o investigación (sí, sí, política se entiende). Viva la abstención, viva la izquierda ¡Ave, duponio, perdituri te salutant!

Si esa es la unidad de la izquierda que pretenden, conmigo no cuenten desde ya, quédense con ella que a mí no me interesa ¡Me avergonzaría participar!

Santa Cruz, 13 de agosto de 2012


Publicado en Política

En respuesta a Andrés Brito

6 de agosto de 2012
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Andrés Brito en el artículo que hoy publica el Diario de Avisos(Prima de riesgo), propone, en relación a este tema, lo siguiente: Reflexiona: ¿qué meta quieres conseguir? ¿En cuánto tiempo? ¿Qué factor de medición estás utilizando? ¿Cada cuánto lo consultas? ¿Cuál es tu plan de ajuste en caso de que tus acciones no te acerquen al objetivo?

El autor no entra al fondo del asunto quizás por no salir de su ejercicio de coaching,  pero hay algo más, observamos indicadores equivocados y no es inocente, nos engañan. Nadie que sepa algo de economía puede esperar que después de rescatar un banco o de recortar los salarios, baje la prima de riesgo o suba la bolsa.

Si un país coge deuda para rescatar bancos la prima sube porque está para eso, para indicar a quién se le puede prestar dinero con garantías y a quién no; quien más debe, más intereses paga, desde los fenicios por lo menos.

Si se recortan derechos, salarios y se suben los impuestos al consumo, como no hay más dinero que el que hay, queda menos para el consumo y consecuentemente hay menos producción, menos trabajo, menos beneficio empresarial y paradójicamente se retorna a menores ingresos fiscales. Dinero que se va para siempre en el rescate a los bancos.

Pues bien, hoy a «los mercados» les importa un pimiento si Bankia es más o menos solvente o viable, sólo les interesa qué dividendos producirá a finales de año y cuánto ganarán especulativamente con el valor de sus acciones.

Pero la lógica es aplastante, a cada nueva «medida» sube la prima y baja la bolsa ¡Son los mercados!

Todos los pasos que ha dado Rajoy en materia económica impulsan estas tendencias, y mientras tanto, los medios solemnizan las reacciones de unos mercados que hoy son sólo una enorme casa de apuestas donde, ante cada nuevo cacareo de quienes organizan la fiesta, se ritualiza una especie de inquietud colectiva y unas expectativas que son falsas.

Se sabe y no hay nada que hacer, estos dos indicadores irán a peor mientras haya políticas de austeridad, porque lo único que quieren los mercados es dinero fácil y sin riesgo.

Hay que saber que la crisis consiste en decidir si inversores como JP Morgan, Deutch Bank, Goldman Sachs, Lehman Brothers, Morgan Stanley, BNP Paribas o Credit Suisse y otros que impulsaron la burbuja inmobiliaria, asumen sus pérdidas o las tenemos que pagar solos los españolitos de a pie y los que vienen.

Por contra, para salir de la crisis aunque nadie lo diga, lo que hay que hacer es: hacer muchas cosas bien hechas y muy pocas mal, en lo personal y en lo colectivo, inventando cada día la forma de hacerlo mejor. Quiero decir, cada uno de nosotros, las empresas, entidades públicas y privadas, todos.

Y dando y cogiendo crédito, por favor, que sólo hay deudas de dos clases, las que permiten abordar proyectos rentables y sostenibles que se pueden pagar, y las otras.

Por cierto que llevamos veinte años avisando de que nuestro modelo económico era insostenible y que se estaba desaprovechando la época de las vacas gordas. Ahora como antes de la crisis,  se necesita mayor solidaridad entre países y clases sociales y una mayor perspectiva de futuro, socialismo puro.

Justo Menéndez Viejo

Santa Cruz de Tenerife, lunes, 6 de agosto de 2012


Publicado en Economía, Política

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Nací en 1954, soy informático y empiezo a escribir preocupado por como marchan las cosas, aquí y alla ¿Es cierto que no hay soluciones?

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